El astrolabio de Azarquiel

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miércoles, 9 de noviembre de 2011

La memoria de los olores.

Siempre pensamos que la memoria estaba relacionada con hechos que recordamos: acontecimientos históricos, fechas de cumpleaños, anécdotas que nos han pasado, relatos que nos han contado, experiencias irrepetibles, etc., pero siempre nos olvidamos de un tipo especial de memoria (a la que desdeñamos cuando nos hablan de ella): la memoria de los olores. Pues lo más curioso es que realmente, esta memoria es la más potente en el ser humano.

Recientemente, un estudio patrocinado por la marca Ambipur (al que se ha llamado "Los olores y la emociones") y realizado por la psicóloga española Silvia Alava, demuestra que el ser humano recuerda hasta el 35% de lo que huele frente a un 5% de lo que ve. A mí me parece sorprendente.

En este estudio han participado 1000 hombres y mujeres, con edades comprendidas entre los 25 y los 45 años.

Según Silvia Alava, podemos retener en nuestra memoria hasta 10.000 aromas distintos, que ya es decir. La gran mayoría de las personas entrevistadas en este estudio (un 83%) asocian un determinado olor a una emoción positiva, recordando así momentos concretos en el que fueron felices.

Por poner un ejemplo, el 67,3% de los encuestados asociaron automáticamente el olor del material escolar a la infancia. Este hecho ya lo comenté hace unos años en mi anterior blog, cuando hablaba del aroma a cedro (ojo, he dicho cedro, no cerdo).

El olor también influye en el estado de ánimo de la persona. Así, la mayoría se animaba con los olores de la naturaleza (flores, bosques, heno, etc.), mientras que otros lo hacían con los olores marinos o incluso con los dulces (los más golosones).

Corte del sistema olfativo con detalle de las células receptoras (Fuente: Wikipedia Autor: Chabacano)


Los olores de las casas también se analizaron en este estudio (creo que con este tema habría para un monográfico). Está claro que el olor de una casa define la personalidad del inquilino y cada casa tiene su propias señas de identidad. Los olores de nuestras propias casas nos pasan desapercibidos (excepto en ciertos momentos, claro), pero los que nos visitan, al no estar acostumbrados a ellos, los detectan rápidamente.

¿Podría influir el olor de una casa a la hora de poder conciliar el sueño? La mayoría de los entrevistados piensan que sí, pero aún no está demostrado científicamente. De cualquier manera, ya existen en el mercado aromas especiales que, esparcidos en el dormitorio, aparte de dejar una sensación agradable, se supone que ayudan a conciliar el sueño (y no es cloroformo, que os conozco). Será cuestión de probarlos.

Pero no todo va a ser bueno y agradable. También tenemos memoria para los olores desagradables. Según el estudio, los participantes manifestaron que el más desagradable era el olor a basura, seguido del olor a tabaco. En los lugares públicos lo que más molesta es el olor a sudor (¿cómo es posible que en el Metro o en el autobús huela a sudor incluso a primera hora de la mañana?) y el de la comida en mal estado. Yo añadiría otros olores, como el olor a fritanga que a veces nos da en toda la nariz cuando entramos en un restaurante (creo que los dueños de estos establecimientos todavía no son conscientes de la cantidad de clientes potenciales que pueden perder en un cuarto de segundo, por este simple hecho).

Según Silvia Alava, la conexión entre el olor y las emociones se realiza en el sistema límbico, donde reside todo lo relacionado con la memoria, la atención, los instintos sexuales, las propias emociones, la personalidad y la conducta.

Diagrama del cerebro con el sistema límbico en rojo (Fuente: Gobierno Federal de los Estados Unidos)


Viendo todo lo que sentimos cuando olemos algo, yo ahora me pregunto ¿y qué sentirá entonces un perro, con sus más de 200 millones de receptores olfativos, cuando huele algo?

Podríamos alucinar si supiéramos lo que sienten los perros cuando huelen algo. La cara de felicidad de nuestra amiga Campiña nos puede dar una idea (Fuente: fotografía del autor)


En mi opinión, para un perro el oler cualquier cosa debe ser una experiencia extraordinaria, que nosotros los humanos no llegaremos nunca a comprender. Si se pudiera estudiar la memoria aromática de los canes, seguro que nos volveríamos a bajar de nuestro pedestal de especie "superior".

2 comentarios:

  1. Este artículo me recuerda un gran libro, El perfume de Suskind.
    Creo que Campiña puede llegar a oler las emociones también. Cuando se tiene miedo o sensación de peligro, los animales lo notan pero estoy convencida de que lo huelen.
    Me ha gustado muchísimo, miles de gracias por este cuarto de segundo.

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  2. Sin duda, los perros huelen hasta las emociones. Así, cuando tenemos miedo, ellos lo "notan", aunque realmente estén oliendo nuestra adrenalina.
    Es más. Desde hace poco tiempo se vienen estudiando perros que detectan a los enfermos de cáncer de colon. Parece ser que en estas personas existe un compuesto volátil desprendido por las células cancerosas que ellos huelen. Sería muy interesante llegar a saber de qué compuesto se trata, ya que ayudaría a diagnosticar estos tumores en sus primeros estadíos antes de que se convirtieran en peligrosos.

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