El astrolabio de Azarquiel

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miércoles, 5 de enero de 2011

Los cuatro Reyes Magos.

Sí, sí, ya sé que son tres los Reyes Magos, pero al parecer fueron (y son, que esta noche vienen a traer regalos y no quiero que se enfaden conmigo) cuatro: Melchor, Gaspar, Baltasar y Artabán.


Silueta de los cuatro Reyes Magos (si hubieran ido juntos)

¿Qué quién es Artabán? Bueno, voy a hacer un pequeño resumen de su curiosa vida y la razón por la que no es tan conocido.

Al parecer, los cuatro Reyes Magos, amigos ellos de toda la vida (desde la infancia, yo diría, cuando iban a la misma escuela de magia, que no era la de Harry Potter), habían hecho una quedada bajo un monumento: el zigurat de siete pisos que había en la ciudad mesopotámica de Borsippa (como hoy en día, podamos quedar bajo la estatua del oso y el madroño en la Puerta del Sol, vamos).

¿Y para qué habían quedado? Pues como todos sabemos, para ir a buscar al niño Jesús y darle los regalos que llevaban: oro, incienso, mirra y algo más. Artabán, al que le gustaba gastar dinero como a nadie,  llevaba él solito tres regalos: un trozo de jaspe de Chipre (mano de santo para la oratoria), un diamante protector de la isla de Méroe (neutralizaba los venenos) y un fulgurante rubí de las Sirtes (alejaba los malos espíritus). Porque ya puestos a murmurar, lo del oro no está mal, pero ¿y el incienso y la mirra? No creo que se hayan gastado un pastón. Bueno, lo que cuenta es la intención.

El caso es que allí quedaron, bajo el zigurat a una determinada hora que hoy en día no sabemos, pero que tampoco nos importa.
Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron puntuales, como siempre. Artabán de siempre era un poco tardón, así que le esperaron.

Artabán ya llegaba una hora tarde (habrá que echar la culpa al tráfico) cuando a las afueras de la ciudad de Borsippa se encontró a una persona malherida y tirada en el suelo. A pesar de llevar prisa, se paró para socorrerle (es un Rey Mago, no lo olvidéis). Según le contó el individuo maltrecho, unos bandidos le habían atacado, robándole todo lo que llevaba.

Nuestro buen Rey Mago se apiadó de él y le regaló el diamante que llevaba para el niño Jesús. "Total - debió pensar - todavía me quedan dos regalos y de los buenos".

Así que entró en la ciudad, buscó el zigurat donde había quedado con sus colegas, pero por desgracia sólo encontró un post-it en el que estaba escrito lo siguiente: Te hemos estado esperando mucho tiempo no podemos dilatar más nuestro viaje. Sigue nuestra senda por el desierto y que la estrella te guíe. !! Tardón !! (Esto último no está claro que lo pusiera, porque no se me da bien traducir de la escritura cuneiforme).



Restos del zigurat de Dur-Untash, cerca de Susa (Irán) Fuente: Wikipedia.

¿La estrella? ¿qué estrella? Artabán miró al cielo, y efectivamente allí había una estrella o lo que fuera. Ahí sigue habiendo discusión sobre si era una supernova, un planeta (Júpiter, según Johannes Kepler), meteorito o yo qué sé. Para nosotros es la Estrella de Belén, porque hacia allí le conducía el astro.

Por el camino encontró de todo: al trío de los Panchos, a los siete enanitos, a Bob Esponja... pero de Jesús nada de nada. Tuvo la desgracia de toparse con los esbirros de un tal Herodes (gran enemigo de los niños) y al intentar comprarle con el rubí para que le diera información sobre el paradero del Mesías, fue detenido cayéndole 30 años y un día de cárcel. Es por eso por lo que al portal de Belén sólo llegaron tres Reyes Magos y no cuatro (o doce, como piensan los armenios, aunque esto ya es exagerar).



Los tres Reyes Magos llegando al portal de Belén (un poco cansados de esperar a Artabán) Fuente: Wikipedia

Moraleja (que me voy a aplicar a partir de ahora, porque me pasa igual que a Artabán): nunca lleguéis tarde a vuestras citas porque la podéis liar parda.

Espero que los Reyes Magos os traigan esta noche todo lo que deseéis.

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