El astrolabio de Azarquiel

El astrolabio de Azarquiel

sábado, 7 de mayo de 2011

Unos poetas muy monos.

Poco a poco, nos vamos quitando esos prejuicios sobre la inteligencia de los animales con los que compartimos este planeta. Antes se decía, incluso en círculos científicos, que los animales no poseían inteligencia, sino instinto. Los dueños de perros, gatos y otras mascotas sabían que esto no era cierto, pero no se les tenía mucho en cuenta.

Hoy en día ya está bastante aceptado que los animales tienen su inteligencia, mucha o poca, pero inteligencia. Evidentemente, si hablamos de una medusa, no vamos a sacar mucho de ella (aparte de alguna quemadura) y siempre la ganaremos al ajedrez.


La inteligente chimpancé Washoe, que aprendió el lenguaje de los signos (Fuente: Wikipedia Autor: Gobonobo)

Hasta aquí hemos llegado, que es mucho. No obstante, un matrimonio de investigadores estadounidenses (los primatólogos Roger Fouts  y Deborah Harris) han ido más allá. En contra de la mayoría de científicos de varias disciplinas, ellos siempre han apoyado la idea de que los chimpancés pueden aprender un lenguaje y lo pueden utilizar para comunicarse entre ellos y con los seres humanos.

Para ello, han estado trabajando duramente durante 40 años con chimpancés, a los que han ido enseñando un lenguaje de signos con el que ahora se comunican a la perfección. Pero estas criaturas no sólo han aprendido a utilizar este lenguaje. También saben mentir y componer poesía (que, algunas veces, es otra forma de mentir), cualidades que siempre hemos pensado que eran exclusivamente humanas.

Con estos descubrimientos, a algunos se les está cayendo los palos del sombrajo. Tal es el caso del famoso lingüista Noam Chomski, que siempre ha negado la posibilidad de que otros animales distintos a nosotros fueran capaces de utilizar un lenguaje (y no digamos ya de mentir y componer poesía).



El lingüista Noam Chomski en el World Social Forum 2003 (Fuente: Wikipedia Autor: Marcello Casal Jr/ABr) 
 Estas investigaciones comenzaron allá por 1967. En aquel tiempo (no os asustéis, que no va a ser un relato bíblico) Roger Fouts, recién licenciado, buscaba trabajo en lo que más le gustaba: estar con monos. Realizó una entrevista de trabajo con el doctor Allen Gardner, un famoso primatólogo de Reno (Nevada).

La entrevista resultó ser totalmente desastrosa, con lo que Fouts pensó que ya no había
nada que hacer. En el momento en el que se despedía de su entrevistador, ocurrió algo insólito que cambió todo su futuro. Una chimpancé hembra que andaba por allí, llamado Washoe, le tomó cariño al instante y se lanzó en sus brazos. Fouts no salía de su asombro (no digamos Gardner). A los pocos días ya había conseguido el puesto de ayudante de Gardner.


El primatólogo Roger S. Fouts (Fuente: Wikipedia Autor: josho)

Pero ¿quién era este tal Washoe? Tracemos una breve biografía de este curioso chimpancé. Washoe trabajó desde muy joven en la NASA como "chimponauta", con lo cual comenzó a ver mundo, sobre todo desde arriba.

Cuando en la NASA se acabó el presupuesto para este tipo de proyectos con chimpancés, Washoe se quedó en el paro simiesco, por lo que fue cedido al doctor Gardner, el cual ya estaba estudiando el lenguaje de estos primates.

Entre Gardner y Fouts, enseñaron a Washoe y a otros compañeros suyos el Lenguaje Americano de Signos (American Sign Language o ASL). Conforme avanzaban las clases, comprobaron que los chimpancés usaban el ASL para comunicarse entre ellos mismos, lo cual ya fue una sorpresa.

Washoe ya despuntaba entre sus compañeros. Llegó a aprender más de un centenar de signos, que utilizaba para pedir comida, que le rascasen la espalda, que quería dormir o que estaba triste (sí, sí, los chimpancés y otros animales también se ponen tristes, porque tienen su corazoncito).

Cuando Gardner y Fouts quisieron "colocar" a Washoe en un centro de Oklahoma (el Institute of Primate Studies), comprobaron con sorpresa que su chimpancé era demasiado humana: llamaba a sus otros compañeros "bichos negros" y no le apetecía mucho estar con ellos.

Gardner y Fouts decidieron llevársela con ellos a Washington (tras consultar a sus respectivas mujeres, costumbre muy saludable, también primatólogas). El matrimonio Fouts recuerda ahora que Washoe enseñó este lenguaje humano que tanto le gustaba, a su "familia" de chimpancés. Era otra sorpresa: no solo aprendía sino que también enseñaba.

Y ya la repanocha. Uno de los chimpancés de la "familia" de Washoe compuso una poesía que ahora os transcribo:

Llorar, llorar
Rojo, rojo
Silencio, silencio
Divertido, divertido

Los Fouts no sabían que quería decir este chimpancé hasta que preguntaron a un poeta amigo suyo y les reveló que lo más probable es que fuese una poesía. Estamos hablando de una creación artística. Algo que nosotros, los creídos humanos, siempre hemos pensado que era exclusivo de nuestro bien amueblado cerebro. Pues no, bajemos ya de la nube, porque tenemos a nuestro alrededor seres inteligentes a los que muchas veces despreciamos y hasta tratamos como esclavos.

Afortunadamente todo esto está cambiando y ya estamos viendo a los animales como nuestros compañeros, también con derecho a estar en este planeta y vivir felices. La prohibición de las corridas de toros en Cataluña es uno de estos estupendos cambios, como dice el matrimonio Fouts, invitado recientemente por Cosmocaixa y la Fundación Mona, afirmación que yo suscribo.

Sigamos avanzando en el camino hacia el respeto y el amor a los animales, que nos tienen que enseñar muchas cosas todavía a los engreídos humanos.

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Me emociono al leer, el primer haiku compuesto por un animal.

    Llorar, llorar
    Rojo, rojo
    Silencio, silencio
    Divertido, divertido

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  3. Tienes toda la razón Goyo. Nada menos que un haiku. Veo aún más sensible a este chimpancé.

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  4. Son increíbles estos animales. Me encanta cuando voy al zoologico. Son los más divertidos e inteligentes. El año pasado estaba de paseo en el zoo de Japon y nos compramos algunas ofertas en sushi pop mientras descansábamos un rato. Cuando miramos a la jaula de los monos, estaban todos con la mano estirada para que les diéramos un poquito Muy simpáticos!
    Lore

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