Estructura de una bacteria mostrando sus distintos elementos (Fuente: Wikipedia Autor: Mariana Ruiz) |
Hace unos meses, ya hablé de una bacteria que podía vivir tranquilamente sumergida en arsénico. Pues bien, hace unos días, se presentó en el 111 Congreso de la American Society for Microbiology celebrado en Nueva Orleans, un nuevo y sorprendente descubrimiento bacteriano realizado por un estudiante de Ingeniería Bioquímica de la Universidad de Iowa llamado Ryan Summers: se ha conseguido aislar una bacteria que metaboliza y degrada la cafeína.
La bacteria, llamada Pseudomonas putida (con perdón) CBB5, degrada la molécula de cafeína en dióxido de carbono y amonio, mediante un proceso bioquímico llamado N-desmetilación (se eliminan 3 grupos metilos de la molécula, pero no nos vamos a meter ahora en berenjenales químicos para no aburrir). La propia bacteria vive inmersa en cafeína, día y noche, y esto sin que le quite el sueño.
Entre estos granos de café, la bacteria Pseudomonas putida se encuentra como en su casa (Fuente: Wikipedia Autor: MarkSweep) |
Esto podría ser una curiosidad científica más, pero afortunadamente puede tener aplicaciones prácticas muy interesantes. Así, los compuestos intermedios formados durante la ruptura de la molécula de cafeína, han demostrado ser muy útiles para la creación de fármacos destinados a tratar el asma, mejorar el flujo sanguíneo y estabilizar arritmias del corazón. Estos fármacos son muy difíciles (y por tanto caros) de sintetizar en el laboratorio, por lo que nuestra amiga Pseudomonas (y sobre todo las enzimas implicadas, cuyos genes que han sido identificados, aislados e insertados por ingeniería genética en el genoma de la bacteria Escherichia coli para su expresión) puede ayudar a muchas personas a mejorar de sus dolencias.
Molécula de cafeína. Los grupos metilos son los que están en los extremos, un átomo gris grande y tres blancos pequeños (CH3) (Fuente: Wikipedia Autor: Giorgiogp2) |
Otro posible uso, esta vez más industrial, es la descafeinización (¿se dice así?) del café para fabricar café descafeinado (valga esta sarta de redundancias cafeínicas).
Siempre que oímos hablar de bacterias, nos las imaginamos malas y perversas, prestas a saltar sobre nosotros, incluso desde un inocente pepino, para producirnos cualquier enfermedad. Pero no nos damos cuenta de que, como las personas, son sólo unas pocas las que hacen el mal (las patógenas). La mayoría de las bacterias son inofensivas para nosotros, y muchas son beneficiosas, y por tanto, utilizadas (casi explotadas, yo diría) por el ser humano para conseguir una enorme cantidad de sustancias y productos de gran interés.
Ahora tenemos una bacteria aliada más, dispuesta a ayudarnos en la constante lucha contra las enfermedades, y todo gracias a su adicción al café.