El astrolabio de Azarquiel

El astrolabio de Azarquiel

sábado, 28 de mayo de 2011

Bacterias adictas al café.

En los últimos años se están descubriendo bacterias que son capaces de vivir en los ambientes más hostiles, algunos casi incompatibles con la propia vida (son las llamadas bacterias extremófilas). Por esto y por muchas cosas más (como por ejemplo, que en una sola célula lleve instalado todo el kit de enzimas y moléculas necesarias para su supervivencia) las bacterias son las criaturas más extraordinarias que han habitado siempre este planeta. Nosotros, con unos escasos 4 millones de años de antigüedad, somos unos recién llegados al lado de ellas, que campan a sus anchas por aquí desde hace miles de millones de años.


Estructura de una bacteria mostrando sus distintos elementos (Fuente: Wikipedia Autor: Mariana Ruiz)

Hace unos meses, ya hablé de una bacteria que podía vivir tranquilamente sumergida en arsénico. Pues bien, hace unos días, se presentó en el 111 Congreso de la American Society for Microbiology celebrado en Nueva Orleans, un nuevo y sorprendente descubrimiento bacteriano realizado por un estudiante de Ingeniería Bioquímica de la Universidad de Iowa llamado Ryan Summers: se ha conseguido aislar una bacteria que metaboliza y degrada la cafeína.

La bacteria, llamada Pseudomonas putida (con perdón) CBB5, degrada la molécula de cafeína en dióxido de carbono y amonio, mediante un proceso bioquímico llamado N-desmetilación (se eliminan 3 grupos metilos de la molécula, pero no nos vamos a meter ahora en berenjenales químicos para no aburrir). La propia bacteria vive inmersa en cafeína, día y noche, y esto sin que le quite el sueño.


Entre estos granos de café, la bacteria Pseudomonas putida se encuentra como en su casa (Fuente: Wikipedia Autor: MarkSweep)

Esto podría ser una curiosidad científica más, pero afortunadamente puede tener aplicaciones prácticas muy interesantes. Así, los compuestos intermedios formados durante la ruptura de la molécula de cafeína, han demostrado ser muy útiles para la creación de fármacos destinados a tratar el asma, mejorar el flujo sanguíneo y estabilizar arritmias del corazón. Estos fármacos son muy difíciles (y por tanto caros) de sintetizar en el laboratorio, por lo que nuestra amiga Pseudomonas (y sobre todo las enzimas implicadas, cuyos genes que han sido identificados, aislados e insertados por ingeniería genética en el genoma de la bacteria Escherichia coli para su expresión) puede ayudar a muchas personas a mejorar de sus dolencias.


Molécula de cafeína. Los grupos metilos son los que están en los extremos, un átomo gris grande y tres blancos pequeños (CH3) (Fuente: Wikipedia Autor: Giorgiogp2)

Otro posible uso, esta vez más industrial, es la descafeinización (¿se dice así?) del café para fabricar café descafeinado (valga esta sarta de redundancias cafeínicas).

Siempre que oímos hablar de bacterias, nos las imaginamos malas y perversas, prestas a saltar sobre nosotros, incluso desde un inocente pepino, para producirnos cualquier enfermedad. Pero no nos damos cuenta de que, como las personas, son sólo unas pocas las que hacen el mal (las patógenas). La mayoría de las bacterias son inofensivas para nosotros, y muchas son beneficiosas, y por tanto, utilizadas (casi explotadas, yo diría) por el ser humano para conseguir una enorme cantidad de sustancias y productos de gran interés.

Ahora tenemos una bacteria aliada más, dispuesta a ayudarnos en la constante lucha contra las enfermedades, y todo gracias a su adicción al café.

sábado, 21 de mayo de 2011

Las abejas y los móviles no se llevan bien.

Extraña combinación la de las abejas y los móviles para que vayan en el título de este artículo. ¿Acaso las abejas se comunican con sus congéneres llamándose por teléfono? Pues efectivamente no. La forma de comunicación entre las abejas ya fue descubierta hace unas décadas por el etólogo Karl von Frisch (por ello recibió el premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1973) y es la famosa danza de las abejas, mediante la cual y dependiendo de la dirección del baile, facilitará a sus amigas la posición exacta de la fuente de alimento respecto a la posición del Sol. Ya conté en otro artículo que la mente de las abejas era matemática.


Danza de la abeja, descrita por von Frisch aunque observada ya por Aristóteles (Fuente: Public Library of Science - PLOS Autores: J. Tautz y M. Kleinhenz) 

Lamentablemente, esa privilegiada mente matemática se desorienta con los zumbidos de los móviles que tan imprescindibles se nos han hecho.

Eso es lo que ha demostrado Daniel Favre, un investigador del Instituto Federal de Tecnología de Suiza, investigando la drástica desaparición de colmenas enteras casi de la noche a la mañana (es lo que se llama Problema del Colapso de las Colonias, o CCD por sus siglas en inglés, que viene de Colony Collapse Disorder).

El CCD se venía observando desde 1972, pero no se daba con la causa. Se hablaba de ácaros y enfermedas propias de las abejas. También se decía que el uso intensivo de insecticidas podría tener que ver. Problemas de estrés (tanto trabajar no debe ser bueno). Incluso se ha hablado de ciertas cosechas transgénicas a las que se ha incorporado un gen para el control de plagas.

Favre, con la abeja detrás de la oreja, comenzó a realizar experimentos con móviles y abejas, para ver hasta qué punto influía el dichoso invento humano en estas pequeñas criaturas.


Abeja libando plácidamente en una vistosa flor (Fotografía del autor)

Tras 84 experimentos (que ya son) Favre y su equipo descubrieron que cuando se hacía o se recibía una llamada por el móvil, las abejas emitían un zumbido de las alas mucho más fuerte de lo que lo hacen normalmente (hasta 10 veces más).

Este zumbido tan fuerte, en condiciones normales, es utilizado por una o dos abejas en toda la colmena, cuando detectan que hay un peligro. Este zumbido sirve de alarma y quiere decir que es hora de emigrar. Pues bien, cuando la colmena está cerca de teléfonos móviles en funcionamiento, ya no son dos abejas, sino miles de ellas las que realizan ese zumbido subido de tono. Esto hace que se cree una falsa alarma y emigre la colmena, desapareciendo en poco tiempo, para sorpresa del apicultor.

Para más inri, como el peligro no es real sino inducido por los móviles, las abejas se desorientan en su migración, llegando a morir la mayoría, perdidas por esos mundos.

Estamos ante un problema muy grave, no sólo económico, sino ecológico. Las abejas son responsables de la polinización del 70 por ciento de los cultivos básicos de la Humanidad. Si desaparecen ellas, desaparecerán también esos cultivos con efectos catastróficos a nivel mundial. El resultado de su estudio ha sido publicado en la revista on-line Springerlink.com.

Este no es el único caso de interferencias entre el hombre y los animales. Ahí tenemos también el caso de las ballenas, que con tanta interferencia de los sónares y radares de los barcos, tienen que acercarse cada vez más unas a otras para lanzarse sus famosos cantos.


A este paso las ballenas van a chocar entre ellas porque con nuestras interferencias provocadas por el aumento de tráfico marítimo, cada vez oyen menos sus propios cantos. En la foto, ballenas del Atlántico Norte (Eubalaena glacialis). (Fuente: NOAA)

O el problema de nuestras carreteras y autopistas, cuyo constante ruido hace que las especies depredadoras tales como las águilas, los milanos o los halcones, pierdan facultades a la hora de cazar a sus presas.


Halcones como el de la imagen tienen cada día más difícil procurarse sus presas por los ruidos que generan las autopistas (Fotografía del autor)

Incluso, es muy posible que algunos de los factores a los que hemos hecho mención antes, o incluso otros también de origen humano, estén involucrados en la misteriosa desaparición de gorriones que se están produciendo en las grandes ciudades, tal y como ha puesto de manifiesto la Sociedad Española de Ornitología (SEO Birdlife).
Calculan una disminución de 14.000 ejemplares al año, sólo en la región de Madrid. Sería cuestión de estar atentos a los resultados de este estudio de la SEO.

Está claro que cada vez somos más ruidosos y no nos damos cuenta de que vivimos con más criaturas a las que les gusta la tranquilidad. Bueno, no es que les guste, sino que lo necesitan, como hemos visto. Así que ya sabéis, cuando vayáis al campo (porque en la ciudad ya no hay remedio), nada de móviles, ni de radios a toda pastilla ni de hablar a gritos. Respetemos en lo que podamos lo que nos queda de Naturaleza, porque de otra forma, no sobreviviremos mucho tiempo en este bello planeta.

domingo, 15 de mayo de 2011

Hermano Neandertal.

Que el hombre de Neandertal está de moda, incluso en Madrid, nadie lo niega. Está pasando de una casi total oscuridad a un conocimiento bastante profundo sobre su biología, sus costumbres (se sabe, por ejemplo, que ya cocinaban sus verduras), su sociedad y en general su forma de vivir. Y no es para menos, ya que podrían haber convivido con nuestra propia especie durante unos cuantos miles de años, quiero pensar que en paz y armonía.


Cráneo de Homo neanderthalensis, de la Chapelle-aux-Saints (Francia) (Fuente: Wikipedia Autor: Luna04) 

Casi podríamos decir que cada semana se produce un nuevo descubrimiento sobre el hombre de Neandertal. Lo último ha sido el hallazgo de un lote de 313 herramientas líticas en el yacimiento de Byzobaya, al norte de los Urales, con una antigüedad de 33.000 años.

Según sus descubridores, que han publicado el artículo en la prestigiosa revista Science, este completo juego de herramientas puede demostrar uno de los mayores enigmas que hay en Paleontología: la convivencia entre el hombre de Neandertal y el Homo sapiens (o sea, nuestra especie, a pesar de su sabio nombre).

Según el registro fósil, el Homo sapiens llegó a Europa hace unos 40.000 años. Si los neandertales seguían por aquí, como parece demostrar el descubrimiento de los Urales, tuvo que producirse un muy interesante choque, no ya de civilizaciones, sino de especies inteligentes (por si hay alguien que todavía lo duda, aunque me extraña bastante, en la actualidad sólo hay una especie humana en todo el planeta).

Lo más curioso de todo es que, hasta ahora en toda Europa, no hay restos de neandertales posteriores a 40.000 años de antigüedad.

El hallazgo tiene un punto débil: no hay restos humanos junto a las herramientas, aunque sí restos de mamuts. No obstante, según Ludovik Slimak, principal autor del artículo, estas herramientas están fabricadas con una tecnología mucho más antigua que la que ya se utilizaba hace 33.000 años por el Homo sapiens, comparable a la del periodo Musteriense (Paleolítico Medio, en plena era neandertal), lo cual le hace suponer que fue un grupo de neandertales los que las tallaron.


Util del periodo Musteriense hallado en el yacimiento Gran Dolina de Atapuerca, perteneciente al hombre de Neandertal (350.000 años de antigüedad) (Fuente: Wikipedia Autor: Locutus Borg)

Es posible que este grupo de neandertales estuviera aislado en esa zona de los Urales cercana al Círculo Polar Artico, mientras en el resto de Europa sus congéneres se extinguían sin remedio. Lo curioso es que nunca se habían encontrado neandertales tan cerca del Polo (los restos más al norte encontrados hasta el momento están todavía a 1000 kilómetros al sur de este yacimiento). ¿Serían tan frioleros como yo?


Mapa mostrando el área de máxima distribución del Hombre de Neandertal (Fuente: Wikipedia Autor: Ryulong) 

Esta posible convivencia entre ambas especies se puede haber alargado varios miles de años en el tiempo, y claro, como el roce hace el cariño, es posible que haya habido algo más que convivencia. Hace un año, el antropólogo sueco del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, Svante Pääbo, ya demostró que un 2% de nuestro ADN proviene del hombre de Neandertal, lo cual ya fue una bomba en los círculos científicos. Estoy seguro de que ese pequeño porcentaje implica que entre nuestros abuelos sapiens y sus vecinos neandertales hubo amor y del bueno, a pesar de ser dos especies distintas aunque muy cercanas.


El biólogo sueco Svante Pääbo (Fuente: Public Library of Science - PLoS)

Hay que ver la de cosas que tenemos que aprender de nuestros mayores, como por ejemplo que para el amor no hay fronteras. Cada vez me caen mejor estos neandertales.

sábado, 7 de mayo de 2011

Unos poetas muy monos.

Poco a poco, nos vamos quitando esos prejuicios sobre la inteligencia de los animales con los que compartimos este planeta. Antes se decía, incluso en círculos científicos, que los animales no poseían inteligencia, sino instinto. Los dueños de perros, gatos y otras mascotas sabían que esto no era cierto, pero no se les tenía mucho en cuenta.

Hoy en día ya está bastante aceptado que los animales tienen su inteligencia, mucha o poca, pero inteligencia. Evidentemente, si hablamos de una medusa, no vamos a sacar mucho de ella (aparte de alguna quemadura) y siempre la ganaremos al ajedrez.


La inteligente chimpancé Washoe, que aprendió el lenguaje de los signos (Fuente: Wikipedia Autor: Gobonobo)

Hasta aquí hemos llegado, que es mucho. No obstante, un matrimonio de investigadores estadounidenses (los primatólogos Roger Fouts  y Deborah Harris) han ido más allá. En contra de la mayoría de científicos de varias disciplinas, ellos siempre han apoyado la idea de que los chimpancés pueden aprender un lenguaje y lo pueden utilizar para comunicarse entre ellos y con los seres humanos.

Para ello, han estado trabajando duramente durante 40 años con chimpancés, a los que han ido enseñando un lenguaje de signos con el que ahora se comunican a la perfección. Pero estas criaturas no sólo han aprendido a utilizar este lenguaje. También saben mentir y componer poesía (que, algunas veces, es otra forma de mentir), cualidades que siempre hemos pensado que eran exclusivamente humanas.

Con estos descubrimientos, a algunos se les está cayendo los palos del sombrajo. Tal es el caso del famoso lingüista Noam Chomski, que siempre ha negado la posibilidad de que otros animales distintos a nosotros fueran capaces de utilizar un lenguaje (y no digamos ya de mentir y componer poesía).



El lingüista Noam Chomski en el World Social Forum 2003 (Fuente: Wikipedia Autor: Marcello Casal Jr/ABr) 
 Estas investigaciones comenzaron allá por 1967. En aquel tiempo (no os asustéis, que no va a ser un relato bíblico) Roger Fouts, recién licenciado, buscaba trabajo en lo que más le gustaba: estar con monos. Realizó una entrevista de trabajo con el doctor Allen Gardner, un famoso primatólogo de Reno (Nevada).

La entrevista resultó ser totalmente desastrosa, con lo que Fouts pensó que ya no había
nada que hacer. En el momento en el que se despedía de su entrevistador, ocurrió algo insólito que cambió todo su futuro. Una chimpancé hembra que andaba por allí, llamado Washoe, le tomó cariño al instante y se lanzó en sus brazos. Fouts no salía de su asombro (no digamos Gardner). A los pocos días ya había conseguido el puesto de ayudante de Gardner.


El primatólogo Roger S. Fouts (Fuente: Wikipedia Autor: josho)

Pero ¿quién era este tal Washoe? Tracemos una breve biografía de este curioso chimpancé. Washoe trabajó desde muy joven en la NASA como "chimponauta", con lo cual comenzó a ver mundo, sobre todo desde arriba.

Cuando en la NASA se acabó el presupuesto para este tipo de proyectos con chimpancés, Washoe se quedó en el paro simiesco, por lo que fue cedido al doctor Gardner, el cual ya estaba estudiando el lenguaje de estos primates.

Entre Gardner y Fouts, enseñaron a Washoe y a otros compañeros suyos el Lenguaje Americano de Signos (American Sign Language o ASL). Conforme avanzaban las clases, comprobaron que los chimpancés usaban el ASL para comunicarse entre ellos mismos, lo cual ya fue una sorpresa.

Washoe ya despuntaba entre sus compañeros. Llegó a aprender más de un centenar de signos, que utilizaba para pedir comida, que le rascasen la espalda, que quería dormir o que estaba triste (sí, sí, los chimpancés y otros animales también se ponen tristes, porque tienen su corazoncito).

Cuando Gardner y Fouts quisieron "colocar" a Washoe en un centro de Oklahoma (el Institute of Primate Studies), comprobaron con sorpresa que su chimpancé era demasiado humana: llamaba a sus otros compañeros "bichos negros" y no le apetecía mucho estar con ellos.

Gardner y Fouts decidieron llevársela con ellos a Washington (tras consultar a sus respectivas mujeres, costumbre muy saludable, también primatólogas). El matrimonio Fouts recuerda ahora que Washoe enseñó este lenguaje humano que tanto le gustaba, a su "familia" de chimpancés. Era otra sorpresa: no solo aprendía sino que también enseñaba.

Y ya la repanocha. Uno de los chimpancés de la "familia" de Washoe compuso una poesía que ahora os transcribo:

Llorar, llorar
Rojo, rojo
Silencio, silencio
Divertido, divertido

Los Fouts no sabían que quería decir este chimpancé hasta que preguntaron a un poeta amigo suyo y les reveló que lo más probable es que fuese una poesía. Estamos hablando de una creación artística. Algo que nosotros, los creídos humanos, siempre hemos pensado que era exclusivo de nuestro bien amueblado cerebro. Pues no, bajemos ya de la nube, porque tenemos a nuestro alrededor seres inteligentes a los que muchas veces despreciamos y hasta tratamos como esclavos.

Afortunadamente todo esto está cambiando y ya estamos viendo a los animales como nuestros compañeros, también con derecho a estar en este planeta y vivir felices. La prohibición de las corridas de toros en Cataluña es uno de estos estupendos cambios, como dice el matrimonio Fouts, invitado recientemente por Cosmocaixa y la Fundación Mona, afirmación que yo suscribo.

Sigamos avanzando en el camino hacia el respeto y el amor a los animales, que nos tienen que enseñar muchas cosas todavía a los engreídos humanos.