El astrolabio de Azarquiel

El astrolabio de Azarquiel

martes, 3 de julio de 2012

Ahora tú: el evento que lo puede cambiar todo.

¿Qué pasaría si el futuro fuera una elección? Con estas palabras del doctor Mario Alonso Puig, comenzaba el evento Ahora tú, al que tuve la suerte y la oportunidad de poder asistir el pasado 23 de junio.
Este singular evento tenía como ponentes a cuatro pesos pesados: Eduardo Punset (economista y divulgador científico conocido por todos gracias al programa Redes), Mario Alonso Puig (cirujano y neurocientífico, referente europeo en neurociencia, liderazgo y desarrollo profesional y personal) , Alex Rovira (experto en desarrollo personal) y David Otero (cantante conocido como El Pescao, que nos deleitó con un estupendo concierto).




Voy a intentar hacer un sucinto resumen de esta jornada tan emocionante y divertida, de la que salimos con un montón de deberes para hacer en nuestra propia vida.

El primero en hablar fue Eduardo Punset. Para él, la crisis en la que estamos inmersos, no es planetaria, puesto que si así fuera, tendríamos que compararnos con otros planetas como Júpiter o Saturno, en los que, que se sepa a día de hoy, no vive nadie.
Lo que está pasando ahora es que, el déficit de unos países se compensa con el superávit de otros. Así están las cosas y son consecuencia del mal reparto que sigue habiendo de los recursos a nivel mundial. En definitiva, la crisis planetaria es una excusa como otra cualquiera.

Realmente como todo esto es algo que no es fácil de controlar, es preciso cambiar de paradigma. Hay que volver a lo básico, a lo biológico.
A este nivel biológico, hace 700 millones de años, se produjo la gran revolución: apareció el organismo pluricelular. En un momento dado, y tras mil millones de años de organismos unicelulares, varias células se "pusieron de acuerdo" para crear una colonia con entidad propia (yo me imagino que sería algo parecido a una esponja). Desde entonces hasta ahora, la evolución ha seguido sus caminos (algunos de ellos sin salida) hasta llegar a las especies actuales.

Eduardo Punset con mi amiga Carmen y un servidor.


Siguiendo con este nivel biológico, Punset nos desvela los 3 grandes descubrimientos que se han realizado en los últimos años.

El primero de ellos es la relación directa entre salud física y salud mental. Esto es algo que ya sabían los romanos con su mens sana in corpore sano, pero ahora la ciencia lo ha demostrado. También está claro que la gente que cuida su salud, vive más años (en líneas generales)

El segundo gran descubrimiento es que con optimismo también se vive más (y mejor añadiría yo). Se han hecho experimentos con ratas sobre este particular. Así se vio que las ratas que eran más amorosas y cuidaban mejor a su prole, vivían más que las ratas ariscas y gruñonas. Apliquémonos el cuento.

El tercer gran descubrimiento es que la experiencia individual puede cambiar la estructura genética (es lo que en biología se llama epigenética). No es que estemos reviviendo a Lamarck, pero diversos experimentos han demostrado que el ambiente también puede cambiar no sólo la expresión de los genes sino que puede hasta mutarlos (y no hablo de casos extremos como la radiactividad o ciertos productos químicos, sino de lo cotidiano).

Punset cree que es el momento de profundizar en el conocimiento de las emociones. Ahora se ha visto por fin que te puedes fiar de gente que no conoces.
El nivel de altruismo va en aumento mientras que el violencia se va controlando, a pesar de lo que podamos pensar viendo la televisión o leyendo los periódicos. Y sí, cualquier tiempo pasado fue peor. Tenemos que repartir altruismo por doquier, tanto a quien nos da como a quien no.

Otra cosa que tenemos que aprender es a gestionar nuestras emociones, tanto las buenas como las malas. Ello nos ayudará a ser más felices, a pesar de la que está cayendo. Pero, realmente, ¿qué es la felicidad? Para Punset, es la ausencia del miedo, como la belleza es la ausencia del dolor.

Algo muy importante que determina la felicidad de una pesona son sus relaciones (amistades, familia, compañeros, pareja, etc.). Un segundo componente de la felicidad es la sensación de que controlas tu vida. Y un tercer componente es el conocimiento. Eso sí, el conocimiento debe ir de la mano del entretenimiento (es el instruir deleitando, que aconsejaba el poeta romano Horacio). De otra forma no tiene sentido.

Tras la interesantísima intervención de Eduardo Punset, le llegó el turno al doctor Mario Alonso Puig, un hombre con una sabiduría y una retórica envidiables.

Comenzó su charla diferenciando el ensimismamiento de la introspección. Ciertamente no es lo mismo y nunca debemos caer en lo primero. Estar ensimismado es estar encerrado en uno mismo, es meterse en un castillo e ignorar todo lo que te rodea. Esto no requiere trabajo y es la postura fácil, sobre todo ahora en estos tiempos de crisis. Sin embargo, la introspección sí requiere trabajo, requiere mirarnos por dentro y estudiarnos, lo cual a veces no es ni fácil ni cómodo, pero es algo necesario si queremos evolucionar como personas.

Y una cosa está clara. La mediocridad no es lo que define nuestra naturaleza. La grandeza sí que lo es. Todos somos grandes y todos llevamos mucho y muy bueno dentro de nosotros. La cuestión es sacarlo a la luz para que broten nuevas energías que ni siquiera nosotros sabíamos que existían. Por eso hay que empezar con la introspección, que consta básicamente de cuatro pasos:

- Conocerme
- Comprenderme
- Aceptarme
- Abrazarme

Y todo esto no es otra cosa que la propia inteligencia, palabra que viene del latín inter (dentro) y legere (leer). La inteligencia no es más que leer dentro y por supuesto, escoger. Quien mejor lee y mejor escoge, es el más inteligente.

Con la introspección descubriremos que todos importamos. Y si tú importas, tus sueños importan. No hay que menospreciarlos nunca. Lo malo es que el miedo es el elemento que derrota a mayor número de personas. Y el mundo está lleno de miedos. Miedo a salir a la calle, miedo al vecino, miedo al qué dirán, miedo a los mercados, miedo a la hipoteca... y así seguiría hasta el infinito.

Debemos darnos cuenta de que limitamos nuestras posibilidades cuando nos mantenemos dentro de los límites de nuestra vida, cuando nos mantenemos en la zona de confort. Sí, es cierto que fuera de esa zona hace frío, pero ahí fuera nos esperan una enorme cantidad de oportunidades para ser nosotros mismos, para ser felices. Y el mundo sigue su camino, no nos va a esperar. Si no nos ponemos en marcha, nos dejará atrás, tirados en la cuneta.

El doctor Mario Alonso Puig con un servidor (la foto salió un poco oscura porque misteriosamente no saltó el flash)


Los miedos que nos atenazan, hay que resolverlos con coraje, no con cautela (hay unos tipos de miedo que sí se resuelven con cautela, como huir ante un león si nos lo encontramos en la selva, pero Mario Alonso se refiere a los otros miedos, a los sutiles y dañinos).

Bien ¿cómo empezar? Hay que comenzar enfocándose en lo que existe y en lo que podría existir, o sea nuestros sueños. El sueño te hace ser lo que eres y te mejora como persona. El sueño nos permite poder transformar la realidad. Persigamos nuestros sueños, creamos en ellos. Sólo necesitamos una chispa de alegría, de ilusión, de entusiasmo, de pasión, de confianza, de sabiduría. Cualquier chispa es buena para prender ese fuego que llevamos dentro y que puede cambiarlo todo, empezando por nuestra vida.

Triunfa el que está decidido a hacer realidad sus sueños. Ahora es el momento de actuar y hay que hacer lo que sea para perseguir la oportunidad. Los depredadores como el tigre o el águila, por poner dos ejemplos, lo saben. De diez veces que intenten cazar una presa, sólo dos lo conseguirán, y no por eso se desaniman. Al contrario, les da más bríos para continuar persiguiendo la oportunidad (que ya sabemos que la pintan calva).

Dejemos que nuestra fe y nuestra pasión sean mayores que nuestro miedo al fracaso. Todos, sí, sí, todos, tenemos en nuestro interior un potencial extraordinario. Sólo nos tenemos que dar permiso para volar y para triunfar.

Y eso sí, no tenemos que escuchar ese ruido interior negativo y reduccionista que nos va minando con cosas como esto va mal, no va a salir bien, no valgo nada, me siento culpable, soy una calamidad, no tengo tiempo para mis cosas, etc, etc,. Quitémonos de nuestra mente esa voz negativa, esa peineta que se nos ha puesto en la cocorota y que no hace más que ruido. La felicidad nos grita, pero el ruido no nos deja escuchar. !!! Fuera peinetas negativas !!!

Y a todo lo dicho hasta aquí hay que añadir algo más: debemos tener nuestro propio espacio de tiempo. No es un lujo ni un egoísmo, es algo necesario e imprescindible para nuestra higiene mental. Sí, ya sé, ha vuelto a salir la peineta que nos martiriza con su si reservo tiempo para mí, no puedo estar con mi hija, con mi marido, con mis padres, que me necesitan. Ni caso a la peineta. Reserva tiempo para tí, aunque sea poco, y los demás verán los resultados y lo agradecerán. Tu sueño, si así lo decides, puede convertirse en el regalo que le hagas a la Humanidad.

Como dijo antes Eduardo Punset, la ciencia ha descubierto recientemente que el mundo físico y el emocional están profundamente conectados. Así, en personas muy estresadas o deprimidas, el nivel de cortisol es altísimo, lo cual tiene efectos nocivos sobre nuestros órganos, nuestras células, nuestra sangre y nuestro sistema inmunológico. Y al revés pasa igual. Una persona feliz y optimista tiene altos niveles de dopamina en sangre (la hormona del placer que a su vez es neurotransmisor). Eso es algo demostrado y aceptado.

Pensemos en grande y en positivo y repercutirá directamente en nuestra salud. Tengamos una estrategia para cumplir nuestro sueño. El futuro es algo que tú creas, no algo que te encuentras. Cambiemos el futuro comenzando por reinventarnos nosotros mismos.

Tras la intervención de Mario Alonso Puig, que he intentado resumir algo, y que nos dejó boquiabiertos, el último ponente, Alex Rovira, puso la guinda a esta emocionante jornada.

Rovira empezó fuerte. Para él y para muchos (entre los que me incluyo) no estamos ante una crisis, sino ante un robo. Hemos sido engañados por unos ladrones y farsantes (banqueros de pacotilla) y ahora estamos pagando los platos rotos de una fiesta que no era la nuestra.

Afortunadamente, el amor todo lo vence, incluso ante dificultades como las actuales. Es la energía que realmente transforma al mundo para hacerlo un poco mejor.

Hay pequeños gestos que pueden ayudar a transformar la realidad. En este punto, Alex Rovira nos puso un vídeo con un caso real: el de un padre (Dick Hoyt) que a sus 71 años, sigue practicando triatlón, con su hijo Rick Hoyt al que, al nacer, le habían diagnosticado anoxia cerebral (falta de oxígeno). Cuando Rick Hoyt nació con ese problema, el diagnóstico médico fue tajante: vuestro hijo no podrá hacer nada, no podrá hablar, no podrá mantenerse erguido y además sufrirá una discapacidad mental, en definitiva, será un vegetal por el que no se podrá hacer nada.

Afortunadamente, Dick Hoyt y su esposa no se lo creyeron, y decidieron educar a su hijo como si tuviera todas sus capacidades. Le enseñaron a leer, a escribir, a multiplicar. En todos los objetos de la casa pusieron un postit con el nombre de cada objeto, para que se fuera familiarizando con ellos.

Más tarde, a los 11 años, consiguieron un ordenador como el de Stephen Hawking, con el que Rick, moviendo con la cabeza un pequeño ratón, pudo comenzar a comunicarse con los demás. Descubrieron así sus padres que el cerebro no estaba afectado por la enfermedad. En ese momento su padre le preguntó que qué le gustaría hacer y él le dijo que le encantaría salir a correr, pero si su padre le acompañaba también.

Con una silla de ruedas especial, comenzaron a correr, cada día más, hasta que al cabo de 2 años ambos corrían la maratón completa. Su padre le instó a que estudiara primaria, secundaria y después se sacara una carrera. Los demás decían que no se podía presionar así a su hijo. Sin embargo, Dick, viendo el amor que su padre tenía hacia él, eso le dio fuerzas y comenzó a estudiar, al mismo tiempo que disputaba maratones por todo el país (que es Estados Unidos) con su padre detrás empujando la silla de ruedas.

Al final, Dick sacó primaria, secundaria y se graduó en Educación Especial por la Universidad de Boston con un expediente brillante. Hoy se dedica a desarrollar aplicaciones informáticas para personas con discapacidades. El amor consiguió todo esto.

Aquí os dejo un vídeo sobre este extraordinario caso.




Verdaderamente el vídeo nos dejó alucinados. Alex Rovira continuó hablando de los clichés y los esquemas que tenemos que desmontar y que nos limitan (al igual que, como decía Mario Alonso, el miedo también nos limita).

Alex Rovira con mi amiga Carmen.


Lo que realmente nos hace crecer es la voluntad de dar al otro. Decía Viktor Frankl (neurólogo austriaco que estuvo varios años en un campo de concentración nazi) que cuando no podemos cambiar la situación a la que nos enfrentamos, el reto consiste en cambiarnos a nosotros mismos. Alex Rovira recomentdó vivamente el libro de Viktor Frankl El hombre en busca de sentido que os podéis descargar en formato EPUB (para lector de libros electrónicos) en este enlace.

Muchas veces, hay que adaptarse y tirar con lo que se tiene en un momento dado. Hay que romper los límites y echarle imaginación.

Alex introdujo la palabra longanimidad (literalmente, grandeza del alma), como la grandeza y superación en las adversidades.

Y para acabar, la buena noticia: la revolución que va a cambiar el mundo es a través de pequeños cambios, muchos de ellos protagonizados por nosotros. Crisis, crisálida, crisol, ... todo tiene la misma raíz kri (del sánscrito) que significa cambio. Comencemos a cambiar el mundo.

El evento finalizó con un concierto estupendo a cargo de El Pescao (al que también entrevistaron y que contó sus experiencias para cumplir su sueño de ser músico), que hizo que diéramos rienda suelta a nuestras emociones después de esta fantástica jornada.

David Otero (El Pescao) con mi amiga Carmen y un servidor.


No sé si he conseguido que esto sea un resumen, pero lo que sí sé es que me he divertido mucho escribiéndolo. Sirva como mi pequeña contribución al cambio que ya está en marcha.

Ahora te toca a tí. Ahora tú, eres el protagonista del cambio.


sábado, 21 de abril de 2012

El misterio de la desaparición de las abejas.

Los científicos llevan años detrás de un misterio que está costando resolver. Se trata de la curiosa e inquietante desaparición paulatina de las abejas. Incluso este hecho ha sido bautizado como el Problema del Colapso de las Colonias (o Colony Collapse Disorder, CCD por sus siglas en inglés).
Desde hace más de diez años (al comenzar el siglo XXI), el número de abejas y abejorros en las colmenas de todo el mundo no hace más que disminuir sin una causa clara.
Para algunos, se trata de una enfermedad bacteriana o vírica (se apunta al virus de la parálisis aguda de Israel) o que aún no ha sido ni siquiera descubierta. Para otros, el problema es la contaminación acústica que tienen que soportar estos pobres y laboriosos animalitos por culpa de nuestros teléfonos móviles. Incluso se ha llegado a pensar en ciertas cosechas transgénicas (en este caso serían plantas a las que se les ha introducido un gen de control de plagas) con efectos desconocidos sobre las abejas.

Abejorro naranja (Bombus sp.) sobre unas hojas de zarzamora (Rubus fruticosus) (Fotografía del autor).


Todo esto supone un grandísimo problema para los apicultores en particular y para la Humanidad en general, ya que la desaparición de este insecto supondría también la extinción de muchísimas plantas a las que polinizan, con efectos sobre el medio ambiente de proporciones desconocidas, amén de los efectos económicos.

Recientemente, la revista Science ha publicado dos estudios (uno británico y otro francés) en los que parece comenzar a aclararse este importante misterio. Según ambas investigaciones, el origen de este colapso podría deberse a dos pesticidas ampliamente utilizados en la agricultura: el imidacloprid y el tiametoxam.

Se han encontrado trazas de esta molécula en el polen y en el néctar de las flores, lo cual ya es un indicio. Según los investigadores, el imidacloprid al ser consumido por las abejas, interacciona con el sistema nervioso central y hace que éstas se desorienten y sean incapaces de volver a su colmena tras su excursión por los campos de flores. Esta sería la causa de la disminución del número de individuos en las colmenas y de la consiguiente desaparición de la reina por falta de cuidados.

Abejorro (Bombus terrestris) libando felizmente sobre unas flores de espliego o lavanda (Lavandula angustifolia) (Fotografía del autor)


Para comprobar el efecto del imidacloprid, los investigadores británicos de la Universidad de Stirling realizaron un experimento con abejorros (Bombus terrestris). A unas colonias de éstos los expusieron a pequeñas cantidades de imidacloprid (con los mismos niveles que se encuentran en la naturaleza) mientras que otras colonias sin contacto con esta molécula sirvieron de control.

El experimento duró seis semanas, tras las cuales, se pesaron ambos grupos de colonias con todo su contenido (insectos, cera, miel, larvas, polen, etc.). Las colonias expuestas al tratamiento, pesaron bastante menos y tenían un tamaño de un 8 a un 12% más pequeño que las colonias control. Además, el número de reinas disminuyó en un 85%, lo cual ya es una barbaridad, pues compromete la existencia de la colonia al año siguiente.

El mismo abejorro de antes mirando cariñosamente a la cámara (Fotografía del autor)


En el experimento francés, realizado por investigadores del Instituto Nacional para la Investigación Agrícola (INRA), la exposición de las colonias al plaguicida tiametoxam dio los mismos resultados. Incluso, se creó un modelo matemático para predecir el crecimiento o disminución de la colonia de abejas expuestas a esta molécula. El resultado fue terrible: en el modelo matemático, la colonia disminuía a unos niveles irrecuperables, lo que provocaba su total desaparición.

A la vista de estos resultados, como no nos pongamos las pilas y actuemos pronto, vamos a provocar un desastre tremendo, no sólo en las colonias de abejas y abejorros, importantísimos polinizadores (a veces únicos) de muchísimas plantas, sino en el medio ambiente del planeta de proporciones bíblicas. Nosotros mismos podríamos desaparecer como especie.