Pues bien, la duda no se quedó ahí mientras ambos bandos se mataban en los campos de batalla. Aquí entra en escena el jefe de los Servicios Psiquiátricos del Ejército, el profesor Antonio Vallejo-Nájera, padre del también famoso psiquiatra Juan Antonio Vallejo-Nájera y abuelo del famosete Colate Vallejo-Nájera (el chico de Paulina Rubio, vamos).
El psiquiatra y comandante Antonio Vallejo-Nájera, paladín de la pseudociencia en la España de Franco (Fuente: http://www.foroporlamemoria.info/) |
A Antonio Vallejo-Nájera, que aparte de psiquiatra era comandante del Ejército de Franco, le encargaron en 1938 un estudio que demostrase la inferioridad mental de las personas con ideología marxista. Ya el propio encargo iba en contra de todo método científico, al desvirtuar o forzar todo el proceso a lo que se quería demostrar. En román paladino, el estudio tenía que demostrar, valiéndose de la ciencia, que todos los "rojos" eran unos ceporros. Si eso era la ciencia que iba a haber en España suponiendo que Franco ganara la guerra, la cosa estaba como para cortarse las venas, vamos.
Vallejo-Nájera se entregó con afán y dedicación a este estudio. Para empezar necesitaba materia prima, o sea marxistas. Eso, en plena Guerra Civil fue bastante fácil, ya que muchos republicanos estaban cautivos en distintos lugares.
Para el estudio fueron elegidos los brigadistas que se encontraban encerrados en San Pedro de Cardeña, monasterio ruinoso cercano a Burgos, reconvertido en campo de concentración.
Monasterio de San Pedro de Cardeña en la actualidad (Fuente: Wikipedia) |
A San Pedro de Cardeña llevaban principalmente a los prisioneros de las Brigadas Internacionales. Se dice que a la entrada del monasterio había una estatua del Cid a caballo con la espada en alto (que sigue estando en la actualidad en la fachada), debido a que allí fue enterrado su caballo Babieca. Un día desapareció la espada, quedando el Cid con el puño en alto. A partir de entonces, cuando entraban nuevos reclusos al campo y veían a un Rodrigo Díaz de Vivar saludándoles con el puño en alto desde su caballo, ellos hacían lo mismo.
Estatua del Cid con el puño (o lo que queda de él) en alto y que tan feliz hacía a los brigadistas (Fuente: Wikipedia) |
En este campo de concentración, Vallejo-Nájera y su equipo, a través del Gabinete de Investigaciones Psicológicas de la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros de Guerra, realizaron todas sus investigaciones, al parecer asesorados por miembros de la Gestapo alemana y científicos alemanes que de vez en cuando visitaban las instalaciones.
Dividió a sus conejillos de Indias en cinco grupos: prisioneros de las Brigadas Internacionales (la mayoría), presos políticos españoles varones, presas políticas españolas hembras, separatistas vascos y marxistas catalanes. Vamos, que viendo lo variopinto de los grupos también podría haber hecho otros como, varones que llevasen gafas, extremeños a los que les gustase el jamón o fontaneros pelirrojos.
Sus dos últimos grupos le resultaron muy interesantes. Los vascos porque en ellos "se produce el curioso fenómeno del fanatismo político unido al religioso". Los catalanes porque en ellos "se une el fanatismo marxista y el antiespañol".
Los resultados, por supuesto, fueron lo que se esperaba del estudio, publicado con el barroco título de Biopsiquismo del fanatismo marxista. En resumen, concluye que el marxismo español se nutre de las personas menos inteligentes de la sociedad (menos mal que los llamó personas).
No obstante, os dejo alguna de sus perlas, para que os deleitéis en ellas. Sin duda, el doctor Joseph Mengele estaría satisfecho de este alumno tan aventajado. Bueno, pues allá van:
La idea de las íntimas relaciones entre marxismo e inferioridad mental ya la habíamos expuesto anteriormente en otros trabajos. La comprobación de nuestras hipótesis tiene enorme trascendencia político social, pues si militan en el marxismo de preferencia psicópatas antisociales, como es nuestra idea, la segregación de estos sujetos desde la infancia, podría liberar a la sociedad de plaga tan terrible
A la mujer se le atrofia la inteligencia como las alas a las mariposas de la isla de Kerguelen, ya que su misión en el mundo no es la de luchar en la vida, sino acunar la descendencia de quien tiene que luchar por ella
La parte del problema racial de España era que había demasiados Sanchos Panzas (físico redondeado, ventrudo, sensual y arribista), y pocos Don Quijotes (casto, austero, sobrio e idealista), personajes imbuidos en un militarismo, identificando la cultura militar como la máxima expresión de raza superior
Creo que después de leer esto, lo menos que se podría hacer es eliminar el nombre de este pretendido psiquiatra del callejero de Madrid. Al menos, la Ciencia lo tiene justamente olvidado en el desván de los horrores.
Me ha gustado mucho el artículo.
ResponderEliminarMuchas gracias, eresdeciencias. Siempre es interesante conocer estas curiosas aberraciones de nuestra historia para no repetirlas jamás.
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