El astrolabio de Azarquiel

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domingo, 13 de febrero de 2011

La resurrección del mamut: entre la ciencia y la ética.

De todos son conocidos los hallazgos, más o menos fortuitos, de ejemplares de mamuts congelados en el frío Artico o en Siberia.
Y cuando digo que están congelados, me refiero a animales con su carne y todo, como si los tuviéramos en un congelador metidos en un tupper.



Mamut enano encontrado en Siberia (Fuente: US National Oceanic & Atmospheric Administration (NOAA) Autor:
A.V. Lozhkin)

Muchas veces estos hallazgos los realizan equipos científicos y expediciones creadas para tal fin. Sin embargo, otras veces son los propios lugareños los que, aprovechando el deshielo continuo del permafrost, debido al calentamiento global, sacan a la luz estos ejemplares, aunque con un fin distinto del científico.

Los mamuts, al igual que sus primos, los elefantes, tenían un par de colmillos de marfil bastante grandes, lo cual despierta la codicia de estos nuevos ladrones de tumbas. Al parecer, estos buscadores, al encontrar un ejemplar, lo descongelan, se comen su carne y después se quedan con los colmillos, que irán a parar al mercado chino, donde se cotizan muchisimo (un par de piezas puede llegar a valer 90.000 euros).

Se calcula que bajo el permafrost (que ya no es tan "perma", como decía más arriba) todavía quedan 150 millones de mamuts lanudos congelados. Me parece una cantidad grandísima, por lo que no sé si tomarla en serio o no.


Arbol evolutivo del elefante y familia (Fuente: http://www.taringa.net/)

El caso es que cada primavera se levanta la veda del mamut. Todo un ejército de científicos, cazadores, oportunistas, tratantes de marfil y otros tipos cuyos perfiles no me atrevo ni a imaginar, se desparraman por todo el norte de Siberia a la busca y captura del mamut congelado.

Lamentablemente, el marfil del mamut no está protegido por ninguna ley rusa, por lo que hay auténtica patente de corso para arramplar con todo lo que pillen.

Los científicos poco pueden hacer contra el resto de cazadores de mamuts. Se quejan, entre otras cosas, de que los cazadores utilizan pistolas a presión para sacar los restos de mamuts del permafrost, echando a perder valiosísimos datos que nos pueden ayudar a descubrir la forma de vida de este animal, su ecosistema y la causa de su extinción (lo más probable es que haya sido el hombre, aunque podría haber otra causa). Y es que los colmillos de un mamut, nos cuentan cómo fue la vida de este animal y las visicitudes por las que tuvo que pasar hasta su muerte, algo que evidentemente les importa un bledo a estos cazarrecompensas.

Así las cosas, queda una pequeña parcela para la ciencia. En 2002 una expedición ruso-japonesa encuentra un ejemplar de mamut muy bien conservado, de unos 15.000 años de antigüedad. Sus restos se envían al Museo del Mamut de Yakustk, donde se le extraen muestras de tejidos (piel, músculo y hueso).

Estas muestras viajarán hasta Japón, a la Universidad de Kinki (vaya nombre para una universidad), donde el profesor Akira Iritani tiene su laboratorio. Este investigador, tiene una extraña idea: a partir de estos restos de tejidos, extraerá el ADN de las células, y conseguirá clonar un nuevo mamut, resucitando a esta especie extinta.

Vamos, que éramos pocos y parió la abuela. ¿Cómo piensa hacerlo? En la siguiente infografía se muestra el proceso, aunque claro, ya sabemos todos que el Powerpoint lo resiste todo. Luego, en la vida real siempre aparecen problemas no previstos.


Proceso de clonación de un mamut a partir de su ADN (Fuente: The Daily Telegraph)

La receta sería la siguiente. Se tiene a una elefanta a la que se le extrae un óvulo. A su vez, a este óvulo se le extrae el núcleo, dejándolo vacío con sólo el citoplasma.
Por otra parte, se extrae una célula somática del mamut (diploide, al contrario que el óvulo), y a su vez el núcleo de la célula. Este núcleo se inyecta en el óvulo de antes (el de la elefanta).

Hemos creado una célula híbrida un poco rara, pero no es suficiente. Todavía se tiene que consolidar y dividir, para formar la mórula, el embrión y el feto. Mediante técnicas de electroshock (ya usadas en la clonación de la oveja Dolly) se consigue la fusión del citoplasma del mamut con el núcleo de la elefanta. Esta célula se implanta en la propia elefanta, que la reconoce como suya, comenzando a dividirse y arrancando el proceso de gestación.

Todo esto a grandes rasgos, pero como más de uno habrá pensado, en cualquiera de los pasos anteriores pueden surgir problemas bastante grandes e incluso insalvables (sin ir más lejos, la fragilidad y destrucción del ADN por la congelación del animal).



Dibujo comparativo entre un hombre, un mamut y un elefante (Fuente: Wikipedia Autor: Asiertxo)

Pero ahora es cuando surge la polémica, suponiendo que no estemos todavía en la etapa de ciencia ficción. ¿Es esto ciencia? ¿Para qué queremos un mamut resucitado de la tundra? ¿Lo queremos como atracción de circo? ¿Lo queremos como reclamo en un zoo? O lo que es peor ¿para aprovecharnos de su marfil? ¿No sería mejor emplear estos recursos para investigar otro tipo de cosas, como el cáncer por ejemplo? ¿Qué será del pobre mamut, si logra nacer, cuando tenga que vivir en un ecosistema muy distinto al suyo, para el que no está preparado evolutivamente?

Cuatro años es el plazo que se ha dado el investigador japonés para montar todo este circo.

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